En las entrañas del genocidio. El Estado colombiano en plan de exterminio de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó (Antioquia Colombia)

"El pueblo colombiano ha sufrido millones de crímenes puntuales e individuales, aunque miradas más escrutadores pueden descubrir conexidades que se multiplican y van revelando proyectos de exterminio o de neutralización más sistemáticos, que miran a modificar las fuerzas sociales y políticas en favor de intereses inconfesables. Hay, sin embargo, casos mucho más explícitos de represión que no ocultan sus objetivos de exterminar grupos, comunidades u organizaciones enteras, o al menos reducirlas a una total impotencia, inacción o parálisis, sin ocultar los esfuerzos por cooptarlas, por transformar su naturaleza misma, por someterlas a otros parámetros de pensamiento y de acción, por forzarlas a ajustarse a las costumbres sociales y políticas del contexto, por reducirlas al statu quo. Hace cerca de 22 años se configuró en el Urabá antioqueño una comunidad de campesinos cuyo distintivo central fue DECIRLE NO A LA GUERRA, no porque antes sus integrantes hubieran estado involucrados en ella consciente y libremente, sino porque vivían en un territorio donde imperaba el principio: “el que no está conmigo, está contra mí” y donde el campesino era forzado a colaborar con un bando o con otro o con ambos y era castigado e incluso asesinado si era descubierto en esas colaboraciones por el bando contrario. Una de las fuerzas allí implicadas era el mismo Estado, no sólo a través de su fuerza pública sino también a través de las estructuras paramilitares, las cuales actuaban y aún hoy actúan, a la luz del día, en connivencia con las fuerzas estatales y utilizan los métodos más criminales. La proclamación pública de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó realizada el 23 de marzo de 1997, trajo como reacción inmediata un despliegue atroz de violencia por parte del Estado y de sus estructuras paramilitares. También la guerrilla de las FARC reaccionó en un principio con violencia, si bien la inmensa mayoría de sus represalias fueron ejecutadas por un comandante de Compañía (alias ‘Samir’) quien actuó durante varios años como infiltrado del ejército, hasta su deserción de las FARC en 2008. Desde la misma semana de su presentación pública (Semana Santa de 1997) la política de exterminio contra la Comunidad de Paz no ha cesado durante más de dos décadas transcurridas, por el contrario, se han ensayado todos los métodos conocidos de exterminio, los cuales se registran en esta publicación, siguiendo la diversidad metódica de las atrocidades y su secuencia cronológica. De acuerdo con las categorías jurídicas mediante las cuales la comunidad internacional ha ido clasificando y graduando la gravedad de los crímenes de alcance universal, no queda duda alguna que este caso se inscribe en la modalidad de GENOCIDIO , pues toda la jurisprudencia internacional, antigua y reciente, autoriza a hacerlo. En un momento en que el Estado colombiano ha creado nuevos instrumentos de verdad y justicia y en que la comunidad internacional observa con atención la efectividad de esos instrumentos, se entrega este compendio concreto a la sociedad y a la humanidad, conscientes como somos de que muchos episodios se escaparon del registro por múltiples razones. Al ofrecer este compendio, lo hacemos como un nuevo clamor de verdad, de justicia y de garantías de no repetición. Javier Giraldo Moreno, S. J. The Colombian people have suffered millions of specific and individual crimes, although more scrutinizing looks can discover connections that multiply and reveal more systematic extermination or neutralization projects, which seek to modify social and political forces in favor of unspeakable interests. There are, however, much more explicit cases of repression that do not hide their objectives of exterminating groups, communities, or entire organizations, or at least reduce them to total impotence, inaction, or paralysis, without hiding the efforts to co-opt them, for transforming its very nature, by subjecting them to other parameters of thought and action, by forcing them to the status quo. About 22 years ago a community of peasants was formed in the Urabá, their central distinctive was say not to the war, not because before its members had been involved in it consciously and freely, but because they lived in a territory where the principle prevailed: “The one who is not with me is against me”, and where the peasant was forced to collaborate with one side or another or with both and was punished and even if he was discovered in those collaborations by the opposite side. One of the forces involved was the State itself, not only through its public forces but also through paramilitary structures, which acted and still act today, in the light of day, in collusion with state forces and use the most criminal methods. The public proclamation of the Peace Community of San José de Apartadó made on March 23, 1997, brought as an immediate reaction an atrocious display of violence by the State and its paramilitary structures. The FARC guerrilla also reacted initially with violence, although most of their reprisals were carried out by a company commander (alias “Samir”), who acted for several as an army infiltrator until he deserted from the FARC in 2008. Since the same week of its public presentation (Holly Week 1997) the policy of extermination of the Peace Community has not ceased for more than two decades, on the contrary, all known methods of extermination had been tried, which are recorded in this publication, following the methodical diversity of atrocities and their chronological sequence. According to the legal categories by which the international community has been classifying and graduating the seriousness of crimes of universal scope, there is no doubt that this case falls within the genocide modality, since all international jurisprudence, old and recent, authorizes to do so. At a time when the Colombian State has created new instruments of truth and justice and when the international community is closely observing the effectiveness of these instruments, this specific compendium is delivered to society and humanity, aware as we are that many episodes they escaped from the registry for multiple reasons. By offering this compendium, we do so as a new cry for truth, justice, and guarantees of non-repetition. Javier Londoño Moreno, S.J."